Hace un tiempo escribí:

Tras un largo camino
he llegado a mi destino,
todo lo que anhelaba
porfín lo he aconseguido

Una sensación me embarga
la soledad me acompaña,
durante todo el camino
muchas cosas he perdido

En un lago de dolor
se banya mi corazón
y a la tristeza
le da la razón

La ilusión se convierte en temor
y el camino en dolor
pero ahí estás tú
regalandome tu amor.

Ahora lo leo, y digo: Realmente me lo regala, y cada día, porque del dolor que sufria no queda ni rastro...

Decepciones hay en esta vida... y yo qué voy a decir, siendo un niñato que poco ha vivido esta vida! pero aún y así llevas palos! y cuando menos te lo esperas... siempre te vas al extremismo, crees que siempre te pasan a tí estas cosas; otra defraudación más... siguiente...? [...] Pero ahí está mi amigo, mi amigo fiel, 24h a mi lado... mi castillo de guerra.

Un castillo de guerra tiene ventanas, pero unas ventanas especiales, son anchas y grandes por fuera, pero pequeñas i estrechas por dentro. Dios está a dentro, Él puede ver todo tu ser, el conoce todos tus perfiles, tus debilidades tus ambiciones... mientras que tú poco puedes ver, nunca podrás conocer todo su ser ni todos sus perfiles, porque siempre que quieras mirar por la ventana verás una pequeña parte de lo que realmente hay dentro!

Llevamos palos en esta vida, cierto, y a veces nos alejamos del castillo porque no queremos luchar más para llegar a dentro... pero Dios te observa atentamente y sabe siempre lo que te ocurre!

Yo no quiero desaprovechar la oportunidad de descubrir esas maravillas que hay dentro, tú si?