viernes, 22 de febrero de 2008

Debajo de la sabana blanca.



No me lo esperaba, pero he vuelto a venir. Nadie me hubiese dicho hace tan solo siete meses que iba a venir aquí, y menos que iba a venir 2 veces.

Es curioso porque desde la ventanilla del avión solo veo las arrugas de una sabana blanca, pero sé que ahí debajo está el sueño de muchos.

Han sido unos dias intensos, con cosas para olvidar y otras para guardar in my mind:

El primer día se asomó por Kensal Green, y los nervios ante la audition hicieron acto de presencia. Pasada la muralla me dió la bienvenida una fragancia llena de recuerdos, no podía parar de girar las páginas del Album de Verano 07 instalado en mí, i ver, que parte de mi corazón permanecía dónde se encadenó.

Pasada la noche, despertó un nuevo año por delante i junto a él, las piernas descansadas para seguir ojenado el álbum.

Mientras el frio de la noche se filtraba en mi cuerpo, las bellas vistas de la ciudad penetraban en mis ojos perplejos.

Llegó el último día, y con él, las in-ganas de volverme. Las horas se exprimían y la hora de alabarle llegaba. Hubo tiempo para poder empalagar la maleta de recuerdos materiales y también para pisar las mil-pisadas calles de un domingo.


Llegué a mi segunda casa en esta tierra. Me alegré de ver a mi família y de saludar a los nuevos inquilinos de ella. Hubo tiempo para charlar y amar, pero las horas seguían jugando con la luz del día.


Tras una corta noche, de nuevo vuelvo a mi prisión, pero con las llaves para salir, sólo hace falta esperar al momento indicado y aprender a abrir esas puertas.









He podido sentir tus abrazos y tu amor.
Gracias por darme esa fuerza y
por todo lo que estás haciendo en mí.

Te quiero.